Blogia
postludium

Tabula Rasa

Hoy se lo he dejado caer. La razón de que lleve unos días más taciturno, agobiado y mimoso de lo habitual es que, una vez más, mis fantasmas han venido a tomar el té y parece que no quieren marcharse. J me quiere, lo sé, pero ¿cómo evitar pensar que no lo hace, cómo impedir que mi cabeza interprete a su gusto (o a su disgusto) lo que él hace, sacando siempre conclusiones que sé que son erróneas pero que me ponen de mal humor? Por ejemplo, si, como hoy, me dice que mañana, que vamos a vernos, sólo puede quedarse hasta las ocho, pienso en que podría estar un poco más, en que su prisa es por huir de mí, y en que cuando está con sus amigos no le importa quedarse más tiempo, aunque luego vaya más pillado. Sin embargo, conmigo siempre es menos. Y todo esto me viene por mi relación con I. Lo que pasa es que, con él, los papeles estaban cambiados. Era yo el que, imperceptiblemente, declinaba propuestas para quedarme más tiempo, o el que me negaba a besarle en público, o el que siempre ponía pegas para salir un fin de semana. Todo ello me parecía normal, pero no a I, que fue desarrollando una rabia y una desconfianza en mí que culminó en una serie de discusiones que le llevaron a ponerme los cuernos y dejarme plantado sin entender exactamente qué estaba ocurriendo.

Mi miedo es ahora el de desarrollar una obsesión como la suya. Mi miedo es que J no me quiera tanto como yo le quiero a él. Que desarrolle una indiferencia hacia mí. Y, sobre todo, tengo miedo a ser injusto con él, como siempre he creído que I fue conmigo. Tengo miedo de desarrollar una obsesión, de someterlo a un escrutinio constante, de no creerle cuando me dice que me quiere, de tratarle mal, de echar a perder una relación con el hombre que ya se perfila como un posible compañero de años. Tengo miedo de que mis miedos echen a perder el que pueda ser el amor de mi vida. Y me da miedo estar convirtiéndome en una persona maniática, en un controlador, en un amante posesivo y psicótico, en una presencia negativa. Parece que estoy condenado a sufrir las relaciones amorosas y, aunque ésta la estoy sufriendo menos que la anterior, cada vez el sufrimiento me parece más inexplicable y más inútil. Y no es miedo a estar solo. O a no saber amar. Es miedo a perderlo, y a no saber amarlo como se merece. Porque es una persona maravillosa. Es cariñoso, sincero, tierno, atractivo, bueno en la cama. Y me quiere. Pero, como me ha dicho hace un rato, él no es I. Y yo no soy su antiguo novio tampoco. Somos distintos, y construiremos de esto lo que Dios nos dé a entender. No vamos a repetir errores. Vamos, simplemente, a querernos.

Y por todo esto abro este blog. Para que él no pueda leerlo, y yo pueda sincerarme ante alguien que tal vez me comprenda. Agradezco los comentarios, los consejos, las experiencias personales. Por supuesto, agradezco que me leáis.

Un saludo a todos,

 

K

3 comentarios

pe-jota -

Gracias por tu visita y por tu comentario.
Y nada que añadir a lo que mi buen cómplice senses te comenta sobre este mundo.

Jose -

Amigo, por ahora me parece difícil aconsejarte, pero me dá la impresión de que te sientes algo culpable de tu actitud en tu anterior relación. Si es así, sí que me permito aconsejarte que no te dejes influir negativamente por nada. Si sientes cariño, amor, por esta persona y él te quiere a tí, no deberías pensar en cosas que seguramente no existen. Puedes estar mortificándote sin motivo, y eso es malo, no sólo para ti sino para una relación amorosa.

Intenta no repetir errores cometidos por ti mismo, o cometidos por otros y que tuviste que vivir.

Un fuerte abrazo y ánimo.

senses&nonsenses -

bienvenido a la blogosfera. exige esfuerzo, entrega, mucha generosidad... bueno, hay de todo. ya lo verás.
espero que te dé por lo menos las mismas satisfacciones que a mí.

respecto a I, J, no sé, ya te iré leyendo...
relax... y disfruta.
nos complicamos sólos.